Tito Salas encarna a unos de los últimos artistas de finales del siglo XIX y principios del siglo XX con un arte pomposo al estilo de los grandes muralistas franceses, su pincelada y color son únicos en este genero pues posee una luz totalmente tropical que enriquece las tonalidades de los cuadros distintos de esos matices fríos de las pinturas europeas. Cabe destacar que para poder desarrollar sus grandes murales históricos recurrió a fotografías para los caballos, estudios del natural para los paisajes o interiores y sus modelos humanos fueron personas españolas, portuguesas e italianas; pero lo más sorprendente es el uso de la imaginación para sus obras pues se podría pensar que Salas compuso todos sus modelos ubicados en el natural de una sola vez como lo hicieron muchos pintores del siglo XIX francés, más bien desarrollo sus pinturas partiendo de su imaginario personal en relación con su propia investigación sobre la historia aprovechando su dominio técnico que le permitia plasmar con sumo realismo la esencia de sus temas.
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